viernes, 3 de enero de 2014

Pobreza en Argentina

Hay mas de 10 millones de personas que viven en situación de pobreza en Argentina, sin empleo formal, educación de calidad ni vivienda digna además de una insuficiente servicio en sanidad.
Además, entre 2004 y 2012 aumentó la brecha social: la diferencia  entre la calidad de vida del sector medio y la del más vulnerable.

Éstas son algunas de las conclusiones del informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina. Según la investigación realizada, tomando datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina: casi la mitad de los trabajadores tiene un empleo precario o hace trabajos de indigencia, y más de la mitad de las nuevas generaciones de adultos está excluida del sistema de seguridad social. Alrededor de 3 millones de



 personas están mal nutridas. Una de cada 10 viviendas no tiene agua corriente y tres de cada 10, cloacas.


Al mismo tiempo, el 37% de los jóvenes no termina la secundaria y el 20% ni estudia ni trabaja. El 12% de los niños de entre 5 y 17 años debe hacer alguna actividad laboral y dos de cada 10 hogares requieren asistencia pública, con un total de 23,5% que necesitan un programa de asistencia social permanente.
Esta marginalidad no mejoró a pesar de los años en los que el país mejoró y creció a un ritmo del 8% anual.La mitad de los pobres de 2002 dejaron de ser pobres, pero los niveles anteriores a la crisis se agravaron. A esto puede deberse buena parte de la conflictividad social además de las expectativas no satisfechas.

Un amplio porcentaje de quienes formaban parte de los desocupados en 2002 se reinsertó  rápidamente en el sistema económico productivo, ya que, aunque se habían quedado sin trabajo después del cierre de fábricas y empresas en medio de la crisis contaban con una serie de habilidades laborales que permitió su vuelta al mercado laboral y una vez que cambiaron las condiciones económicas, de esas empresas, las cuales tenían capacidad ociosa, volvieron a tomarlos como trabajadores. Pero quienes no cambiaron su situación son los que se encuentran en la base de la pirámide.

La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) mide la canasta de alimentos de la misma manera en que lo hacía el Indec pero con alguna que otra diferencia. Los datos que ofrece son llamativos: hoy, un hogar constituido por padre, madre y dos hijos necesita un ingreso mínimo de $ 3900 para no ser considerado pobre. Para el Indec, en cambio, necesita $ 1750 pesos. Los datos de FIEL consignan que en el mes de noviembre ese hogar necesitaba por mes $ 2200 sólo para comprar alimentos, mientras que para el Indec los cuatro integrantes del hogar pueden alimentarse por $ 769 por mes.

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