viernes, 8 de noviembre de 2013

Desigualdad de sexo ¿beneficioso?

La desigualdad de sexos resulta beneficiosa para la exconomía aunque resulte extraño.Aunque a largo plazo para las personas sea mejor la igualdad, respecto a la economía resulta una buena opción.

La desigualdad de género está presente en todo el mundo, tanto en países desarrollados hasta los más emergentes. Por ejemplo, en Brasil van a la universidad más mujeres que hombres, pero ellas cobran la tercera parte que los hombres por el mismo trabajo.

Existen pruebas sobre la aportación económica que pueden hacer las mujeres con los beneficios de la diversidad demostrados por estudios, además de los datos publicados por el Foro Económico Mundial sobre la relación entre género y competitividad. A pesar de las posbiles ventajas que se señalan seguimos progresando con lentitud.

Millones de acciones diarias e individuales de hombres y mujeres a quién decide contratar un directivo, qué carrera elige una mujer, cómo se distribuye el dinero en una familia que, todas juntas, perpetúan la desigualdad entre sexos. Estas decisiones son las que están produciendo consecuencias negativas para quienes las toman.

Pero existen algunas soluciones que pueden partir de decisiones de los gobiernos como son regular de forma más estratégica, crear incentivos y educar a la gente y las instituciones para que tomen decisiones beneficiosas a largo plazo.

No solo es papel del Gobierno la solución, las empresas también protagonizan un papel bastante importante.La estrategia actual de muchas de ellas es crear programas insignia dirigidos a mujeres y niñas pero como algo externo, no esencial para su negocio. También es necesa


rio que los idrectivos emprendan reformas en la manera de contratar, preparar y promover a mujeres con gran potencial, estilso, sensibilizar a los directivos sobre distintos estilos de liderazgo, gestionar el equilibrio entre vida y trabajo para que no perjudique a las mujeres.

La “cultura” es una creación humana. Con los incentivos apropiados, podemos hacer que la igualdad entre sexos sea la nueva decisión racional